La barbería nació de la mano de un señor mayor que contrató a Emi cuando apenas tenía 16 o 17 años. Con el tiempo, ese señor vendió el fondo de comercio y Emi decidió comprarlo, quedándose con el lugar y manteniendo la esencia que ya tenía. Después sumó a otro barbero, que estuvo un par de años, y cuando se fue, entró Abel. Fue Abel quien luego recomendó a Julio y le abrió la puerta para sumarse a la barbería.


